Pachi:
Ayer recibí correo de mi amiga Angélica. ¡Qué bajón! Ella cree que soy un poco exagerada con eso de preocuparme tanto por el tema de la virginidad. Dice que es cosa de viejas. Que lo único que tengo que hacer es sentarme a esperar.
¡Pero es que yo, de tanto esperar, ya tengo el culo chato!
En lo que a mí respecta, la virginidad es como un tercer ojo en la espalda. Puede ser muy útil, pero, ¿quién se banca ser tan distinta a los otros?
Yo no, creeme.
Me considero muy madura para la edad que tengo, y no me atraen los pendejos. Y así como no me veo en una entrevista de trabajo diciendo: "La verdad es que no sé nada de redes, procesadores de texto, o planillas de cálculos, pero, no se preocupe, porque vi muchas películas en que los usaban, y, además, todas las semanas leo Cosmopólitan", tampoco me imagino confesándole al hombre de mi vida, (léase mi profe de Medieval), que todavía soy virgen.
¿Qué pensarían Angélica, Marcela, Luisa o Yady si el tipo más maravilloso del mundo les susurrara, copa en mano y preservativo en el bolsillo, que es su primera vez?
¿Se lo bancarían, (lo soportarían)?
Para mí no hay diferencias entre hombres y mujeres. La virginidad, como cualquier otro tipo de ignorancia, es siempre patética.
¿Cómo te caería que tu príncipe azul te confesara que es virgen?
Mejor me voy. O el hurón se volvió bizco, o está a punto de cagarme a puteadas.
Besos
Ifi
P.D: ¿Por ahí también estuvo jodiendo el huracán Félix? Por aquí, por fortuna no llegó, (para algo somos sudacas), pero a mi amiga Vanessa la trató mal. ¡Hombre tenía que ser!
sábado, 8 de septiembre de 2007
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