¡Sí, volvimos!
Chicas & Chicos:
Ustedes se preguntarán
quién es el culpable de este largo silencio. Pero a mí no me gusta acusar a nadie, así que por
ningún motivo les voy a decir que la culpa la tiene Ceci. La muy taimada
decidió abandonarme para escribir su propia historia de amor, junto al hombre
de su vida. Yo, por supuesto, no soy vengativa. Así que no esperen que cuente
los pormenores de su casamiento, (uno de los más románticos a los que tuve el
placer de asistir),
…o por lo menos que no lo
haga sin disfrazarlos un poco.
Y es que yo soy así. Mis
relatos siempre se nutren en historias reales que me gusta entender,
(ficcionar), hasta el último detalle.
Quizás por eso cuando me
encontraba paseando por Praga tuve una repentina inspiración. Sí, porque este
año abandoné el otoño argentino para correr a los brazos de la bella capital
checa. ¡Y fue amor a primera vista! Allí estaba yo, abusando de mi pobre
telefonito, un Samsung modelo anticuado, dispuesta a fotografiar toda la
belleza de la ciudad en primavera, cuando repentinamente me sacudió la
inspiración. Bueno, en realidad el que me sacudió fue un japonés con su cámara
fotográfica último modelo. Y lo hizo hasta tumbarme.
Hasta allí nada nuevo. Lo
habitual en cualquier punto turístico en donde hubiera algo para fotografiar.
Pero hete aquí que estos japoneses, (¡porque eran muchos!), tenían cámaras,
trípodes, paraguas, cajones de luces… ¡Una verdadera producción fotográfica!
Claro que me detuve para
ver quién era la estrella o el modelo que ameritara tanto despliegue, pero al
darme vuelta me sorprendí al descubrir que se trataba de… ¡una pareja de
novios, con todo y traje de bodas! ¡Sí!,
para envidia del resto de los mortales que a la hora de pagar por sus recuerdos
tiene que conformarse con las fotos del tío, porque no le alcanza ni para el
fotógrafo del barrio, parece que un gran número de japoneses mudan los retratos
de su evento a las cúpulas y los puentes de Praga. Y allí van, a miles de horas
de vuelo de Japón, con equipos, personal, vestido soñado, y.., ¿qué me falta?... ¡Ah, sí!, el novio.
Y no era uno. Vi un
montón. La ciudad entera parecía un gran decorado para celebrar el amor de
algunos afortunados.
Y así, mirando con
curiosidad a estos novios, tan chiquitos que parecían escapados de un pastel,
comencé a reflexionar en esa necesidad extraña que tenemos los humanos de
documentar el amor. Y entonces, enamorada como estaba de una de las ciudades
más hermosas del mundo, los extrañé muchísimo.
Así que fue todo llegar
acá para que, caída del Cielo, Pau solita me contactara.
Tengo que confesar que
antes de darle el visto bueno para “Volver a Empezar”, me choqué con algunos
“Pequeños Pecados”, y no fue hasta que Pau me obligó a ver todo “A través de
mis (sus) ojos”, que por fin me decidí. La verdad es que estaba bastante
enfurruñada. Sucede que en mi ausencia las novelas se fueron esparciendo por la
red, con gran éxito de lectura y críticas. ¡Muy agradecida! Pero ocurre también
que muchos de esos lectores tuvieron que pagar por una novela que yo, (su
autora), difundía gratuitamente. Otros se encontraron con textos modificados. Y
hasta hubo una persona que se dedicó a cambiar el nombre de todos los
personajes principales por la palabra “Poncho”, a fin de evitar que alguien le
pirateara las novelas que ella había pirateado.
¿Y el copyright? Bien, gracias.
La pobre Pau estuvo
trabajando días completos para borrar todo el material no autorizado. Y en
cuanto al dinero cobrado… Me encanta saber que estoy contribuyendo al
sostenimiento de las grandes corporaciones, no vaya a ser que pierdan algún
millón.
Cuestión que la mejor
forma que encontramos para evitar esto fue Amazon, y hasta ahora estamos
felices por la repercusión. Claro que no es perfecto. A mí me gustaba que los
textos fueran gratuitos ya que son sus historias las que nutren mis relatos,
(bueno, y las mías también, por supuesto, que las tengo y muy
interesantes). Y cuando digo eso no les
estoy “dorando la píldora”, sino que refiero la más absoluta realidad.
Porque de verdad nunca
voy a olvidar a la lectora que perdió su virginidad junto con Ifi.
O a la otra lectora
cubana que caminaba veinte kilómetros a pie para llegar al único ordenador
disponible y así leer las historias.
O al que leía mis novelas
para entender a las mujeres.
O a la que luego de leer
el primer envío me dijo que ella era Renata, y me contó los dos capítulos
siguientes, que por supuesto no había
leído. Y que ahora se encontraba en una encrucijada, como la mismísima Renata en el capítulo cuatro. ¡Claro que
estaba angustiada!, a la pobrecita todavía le faltaba leer el final de su
propia historia.
O al otro que…
Mejor no me entusiasmo
porque tengo anécdotas como para llenar un libro. Entonces, ¿cómo cobrar cuando
somos co- escritoras? Pau ya les dijo una trampita para bajar gratis De
Rencores y Venganzas. La idea es poner todas las novelas, (nuevas y viejas),
por tiempo limitadísimo para que las
puedan leer de forma gratuita.
Y así, siguiendo con las
ganas de trabajar juntas para escribir y divertirnos, les propongo un juego:
¿Qué tal un nueva historia en el blog?
Esta vez va a tratarse de
“Repara corazones”, el consultorio
sentimental de un sitio web. Martes y viernes alguien se va a comunicar con
ustedes para pedir su consejo y guía. Chicas un poco despistadas y algo
testarudas, pero buena gente.
Claro que al principio no
espero muchas respuestas, (¡todavía se
quejan por no poder participar de Ifi porque la descubrieron tarde!). Pero no
importa. Igual vamos a empezar a calentar
las cosas, (¡en todos los
sentidos del término!)
Espero que les guste.
¡Hasta pronto!
Clara Voghan
3 comentarios:
Que decirte Clara! No te puedo explicar lo que extrañe leerte estos... (cómo 7años?) Divague por las redes y te googlee hasta el cansancios. Te fui infiel con otras lecturas. En fin. El tiempo valió la pena si volves ahora amiga... Asi te llamo. Pao
Yo también me siento enormemente feliz de estar una vez más con todos ustedes. Mil perdones por la larga ausencia.
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