martes, 29 de septiembre de 2015

El Macho Posmo Prehistórico ataca de nuevo



 

 

 

El Macho Posmo Prehistórico ataca de nuevo




Querida Repara Corazones:

¿Por dónde andaba? Ah, sí… Vanina refugiándose en la mansión de MPP.

Bueno, al principio todo resultó bien. Las llamadas eran más esporádicas, (a menos que se le cruzara algún chico, porque entonces se intensificaban), y MPP siempre estaba ahí para consolarla. Por supuesto tanto estrés comenzó a repercutir en su trabajo, y no pasó mucho hasta que la despidieron. ¡Te imaginarás! Sin nada que hacer, los días se le volvieron eternos. Y estaba así, vagando aburrida por  la mansión, cuando de repente descubrió que MPP se había olvidado encendido el ordenador. Y sólo por apagarlo es que se sentó frente a la pantalla.

¿Te imaginas el resto?

Sí. MPP era el que la estaba torturando. Ahí, en su máquina, había un programa que activaba las llamadas obscenas, y otro que revisaba las cuentas de su víctima y chequeaba sus movimientos. ¡Pobrecita!

Imaginarás que a la media hora Vanina ya estaba muy lejos de esa mansión. Dejó toda su vida atrás: el móvil, la ropa, los contactos de amigos y parientes. Decidida a empezar de cero, aprovechó el efectivo de la indemnización para rentar un piso sin dejar rastros.

Por un tiempo vivió allí, durmiendo en el suelo por no tener ni para los muebles. Y entonces un día, al regresar de una compra, se encontró al mismísimo MPP allí, sentado en medio de la sala, en una lujosa poltrona que Vanina veía por primera vez.

¡Qué horror!

¿Y si mi Macho Posmo también es un acosador serial? ¡Y es que una sabe tan poco de sus machos posmo! ¿Te diste cuenta que la mayoría de ellos habla un montón, pero se las ingenian para no decir nada?

Cuestión que la pobre Vanina se fue directo a la policía y pidió una orden de restricción en su contra. Pero igual vivía con miedo. ¡El tipo se aparecía por todas partes! Así que, harta de tanta locura, decidió desaparecer. En el mayor de los secretos se fue con su sobrina a Disneylandia. Comprobó que nadie la siguiera en el aeropuerto, y chequeó que él no estuviera en el avión. Nueve horas de vuelo le parecía suficiente distancia entre los dos. Pero no terminaba de saludar al ratón Mickey, cuando, más allá ve al tipo sacándole una foto.

¡Pobrecita! Ahora Vanina cerró todas sus cuentas bancarias y vive en un hotel. Ningún pariente o amigo conoce su paradero. ¡Pobre! La verdad es que vivir así es un infierno. Y sólo por desesperación  se le ocurrió que el último sitio en que la buscarían era… la casa de su ex. MPP sabe muy bien que Guille la odia por haberlo dejado. Pero Vanina no ignora que como mi novio es buena gente, y descuenta que yo también, vamos a entender su situación.

Sí, como oyes: quiere mudarse un tiempo a casa con nosotros, hasta que pueda arreglar sus cosas. No te olvides que ella vivió aquí por cuatro años, y sabe que hay una habitación con baño que está vacía, (o llena con los cachivaches de Guille, que es lo mismo).

Por una cuestión de respeto y para no molestarme, Vanina quería saber mi opinión antes de proponérselo a él. ¿No es un amor?

Pero ahora la que está confundida soy yo. ¿Qué hago? ¿La dejo quedarse? ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Qué me robe el novio? Quien te dice y quizás resulta una solución… Aunque ahora que mi MP desapareció, no estoy muy segura de si quiero cortar con Guille.

¿Qué hago?

¡Apúrate! Me dijo que llama mañana para conocer mi respuesta.

Desde ya muchas gracias. ¡No sabría qué hacer sin tus consejos!

Besos

Sistemáticamente desesperada

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Un Macho Posmo PREHISTÓRICO

Un Macho Posmo PREHISTÓRICO


Querida Repara Corazones
Me moría por contarte lo de la ex de Guille para saber tu opinión, así que ni bien llegó el delivery corrí para escribirte. Sí, ya sé que te dije que iba desfreezar la cena. ¡Y lo hice! Pero estoy tan distraída, que en vez de dos minutos en el microondas lo dejé veinte, y ahora tengo pescado pegado por todo el aparato. ¡Tendrías que haber sentido las explosiones! Y yo, tan distraída, que ni así me di cuenta del desastre.
Bueno, te cuento. Después que la novia de mi ex me habló por primera vez, intenté rastrearla. Y, créeme, soy muy buena rastreando gente. Pero de ella, ¡nada! Ni fotos, ni videos… Ni siquiera comentarios. ¿No es raro que nadie la etiquetara? Porque, seamos sinceros, basta que uno salga horrible en una foto para que algún “amigo” se crea en la necesidad de anunciarle al mundo tu nombre. Pero de ella, ¡nada! Eso me produjo MUCHA desconfianza. Así que cuando esta mañana volvió a comunicarse, en seguida rastreé la llamada. Y sí, sé cómo hacerlo. Pero el teléfono resultó ser justo de donde ella decía: una pequeña cabina pública no muy lejos de mi casa. Entonces me relajé. O quizás lo hice por el tono tan desesperado de su voz, que me hizo intuir que estaba ante una compañera de desgracias.
¡No sabes! Su historia es increíblemente parecida a la mía. Ella, como yo, también vivió un montón de tiempo con Guille. Y, como yo, pensaba que era tan buena persona, tan maravilloso como novio, que ya resultaba demasiado serio y aburrido, (un pesado, bah). También ella creía ser demasiado joven para tanto compromiso. (Y sí, ya sé lo que me vas a decir: que ella para aquel entonces tenía sólo 23 años, mientras que yo… Bueno, mejor no me deprimo. Pero diga lo que diga mi documento de identidad, todavía me siento de 23)
Cuestión que a la pobre muchacha se le cruzó alguien. Un tipo perfecto, divertido, lindo y con dinero. Digamos que una especie de Macho Posmo como el mío, pero de cuando todavía no existía esa especie de hombre. Algo así como un Macho Posmo Prehistórico (un MPP).
¿Quién puede criticar por eso a la pobre muchacha?
¿Quién puede criticarme a mí por el “piquito” que le di a Mariano?
La relación paralela fue haciéndose cada vez más seria, pero como me ocurre a mí, tampoco para ella resultaba fácil “deletear” a Guille. La verdad es que mi novio se hace querer, y a nadie le gusta lastimar a alguien tan bueno. Pero al final se animó. “¡Bien por ella!”, pensé yo al escucharla. ¡Qué ilusa!
Bueno, pero voy por orden.
Guille se lo tomó a mal cuando ella lo dejó. Muy mal. Creía que era una perra interesada, que sólo lo hacía por el dinero y el poder del otro. ¡Pero no! ¡Nada que ver!... Yo soy muy buena juzgando a la gente, y se nota que la muchacha es sincera.
Y fue todo mudarse a la mansión de MPP para que la vida resultara fabulosa… Dos años.
Claro que MPP, a diferencia de Guille, la hacía reír todo el tiempo. Pero al final parece que ella se aburrió de reírse tanto. O quizás fue que entre carcajada y carcajada, la pobrecita se dio cuenta que otra vez estaba encerrada en una relación seria que gritaba “compromiso”. Pero esta vez no esperó a que apareciera otro para hablar con el señor MPP. Por el contrario, se lo dijo “de una” y sin anestesia. Él, para su sorpresa, pareció tomárselo muy bien. Como tenía tanto dinero, le ofreció un piso para que viviera sin pagar renta, con la única condición de que siguieran siendo amigos. A ella le pareció un detalle encantador, y todavía no acababa de mudarse, cuando se le cruzó HDSV, (el hombre de su vida, ¡bah!). Un tipo increíble que no sólo la hacía reír, sino que además la completaba en la cama. (No estoy segura qué significa eso, pero me parece que Guille no lo hace).
Bueno, todo maravilloso… Hasta que a HDSV comenzaron a ocurrirle todo tipo de desgracias: le robaron la 4x4, lo despidieron del trabajo… ¡Claro que la relación se vio afectada! El tipo estaba de un humor pésimo, y el macho posmo prehistórico no hacía más que llenarle la cabeza a Vanina, (la ex). Pero como ella es cero calculadora o interesada, el romance revivió. Y ya pensaba mudarse con su chico ideal, cuando al pobrecito lo asaltaron con tanta violencia, que terminó internado y muy grave. Fue él, que para entonces ya estaba totalmente destruido en su interior, el que rompió la relación. Por supuesto Vanina lloró y lloró, ¿y quién estaba ahí para consolarla? ¡MPP!
Y entonces a la pobre chica se le cruza otro HDSV, (me gustaría saber por dónde anda esta chica, y darme yo también una vuelta por ahí, porque a mí el único que se me cruza es el gato de la vecina). Y todo iba maravilloso otra vez, hasta que de nuevo le robaron el auto al candidato de turno. ¡Demasiada coincidencia! Todo resultaba bastante sospechoso, pero cuando al pobre tipo lo golpearon sin piedad, Vanina supo que había llegado la hora de romper todo trato con su Macho Posmo Prehistórico. ¿Quién otro podía ser tan poderoso como para hacer tanto mal?
Descorazonada, Vanina se alejó de todo y de todos. Y entonces comenzaron las llamadas: jadeos, insultos con una voz distorsionada, etc, etc.etc… Y también sus comunicaciones fueron jaqueadas: twitter, Facebook, Instagram. ¡Hasta Gmail! ¡¿Cómo se vive sin internet?! La pobre Vanina, convencida de que su acosador era el Macho Posmo Prehistórico, cerró todo, y sin decir ni una palabra se mudó a casa de la mamá. Pero de inmediato los mensajes arreciaron. Y como ya no tenía mail propio, empezaron a aparecer en la cuenta del trabajo, o en el Facebook de sus compañeros. ¡Estaba desesperada! MPP no entendía el motivo de su alejamiento. Pero un día que él le fue a reclamar, Vanina recibió una de esas malditas llamadas al móvil de su trabajo. Al ver su cara MPP supo de inmediato que algo malo le estaba pasando. Ella le confesó todo, incluso que lo había creído el responsable. Él la contuvo como todo un caballero, y le ofreció su casa como refugio. (La mansión, ¡bah!) La pobre chica estaba tan desesperada, que aceptó a condición  de que, a pesar de la convivencia forzada, él entendiera que sólo podían ser amigos.
Ay… Voy a tener que dejarte. Parece que Guille tiene indigestión, y ahora me echa la culpa a mí. Dice que está harto de tanta comida chatarra, y que si es él quien lava los platos, lo menos que espera de mi parte es una ensaladita en la mesa.
Bueno, te decía
¡Otra vez! ¡Qué pesado!... Si el antiácido fuera un perrito ya lo hubiera mordido. ¿Por qué los hombres nunca encuentran nada?... Bueno, lo mimo un poco y ya vuelvo.
¡Espérame!


Sistemáticamente desesperada.




martes, 22 de septiembre de 2015

fondo de pantalla de UNA INQUIETANTE PROXIMIDAD

Con motivo del lanzamiento de la nueva edición de la novela UNA INQUIETANTE PROXIMIDAD para kindles, tablets y celulares, hemos generado un fondo de pantalla conmemorativo que esperamos les guste y les sea útil.

Clara



El link de la novela es:
http://www.amazon.com/inquietante-proximidad-Spanish-Clara-Voghan-ebook/dp/B0159CXAKK

jueves, 17 de septiembre de 2015

Un macho posmo “post traumático”

 




Un macho posmo “post traumático”


 

Querida Repara Corazones:

Lo del beso de Mariano fue… sólo un beso. Ya nos íbamos y él… No es que yo quisiera besarlo, sino que… Tenía tantas mariposas en el estómago, y él…
No sé. No sé de que la fue eso del beso. Fue casi “un piquito”. O un beso dado con ganas, al que, (¡vaya a saber una por qué!), le saqué la cara. ¿Habrá sido por la culpa?
La verdad es que prefiero olvidar todo el asunto.
En cuanto a lo otro que preguntas, me muero por contarte lo que pasó con la ex de Guille.
La verdad es que no me animé a ir a verla. Así que, envuelta en un gran misterio como si fuera una espía de la CIA, al final me llamó ella. ¡Dos horas estuvimos hablando!
Pero vamos por orden. Sobre todo porque lo que pasó a la mañana es algo que quiero borrar de mi memoria para siempre, así que mejor lo digo así, sin anestesia, y después lo deleteo de mis circuitos para siempre. Sí, porque lo que pasó a la mañana fue un verdadero horror. ¿Y sabes por qué me pasó? Por culpa de mi trabajo. Porque yo tiendo a hacer análisis de sistemas hasta con los sistemas complejos de mi vida. Y así, como el rechazo de MP me estaba obsesionando, decidí tomar el toro por las astas, (eso lo solía decir mi padre), y pasar el papelón de mi vida de una y al contado rabioso. Sí, porque, afrontémoslo, algún día iba a chocar con MP. Y hasta ese día aquella vergüenza en cuotas iba a matarme. Convengamos en que a mí no me gusta el suspenso ni en las películas. Así que esta mañana me vestí como si fuera a una fiesta, me puse tacones altos, pasé dos horas modelando mi cabello, (perdí dos hora, bah), y utilicé todos los trucos que conozco para disimular mi nariz. Quería que al verme el idiota de Mariano se arrepintiera un poco de su indiferencia. Pero lo único que gané fue llamar la atención de todos en la oficina. Y cuando digo todos, es TODOS. Hasta el tipo del elevador me miró el culo con descaro. ¡Y mis compañeros! Se la pasaban tirando cosas al suelo para ver cómo me agachaba. Claro que ellos creían que lo hacían con disimulo, pero… ¡vamos, chicos! ¡Para cuando ustedes fueron, yo ya fui y volví!
Así que con el amor propio un poco más elevado me dirigí directamente a las alturas para enfrentar a mi “macho posmo post traumático”
¿Por qué haré esas cosas? ¿En qué estoy pensando en esos momentos previos a echar mi vida por la borda? La verdad, querida Repara Corazones, que tendría que tener tus consejos inyectados con endovenosa.
Pero no, como estaba solita, y con la presión de no querer quedar como una idiota con Mariano… quedé como una reverenda arrastrada con el resto de la humanidad. Porque cuando subí a aquel cielo estúpido de la gerencia y pedí por Mariano, me ofrecieron en seguida de hablar con alguien más. Y entonces dije la cosa más estúpida que uno puede decir respecto de un compañero laboral. Con todo y voz chillona casi grité: “No, gracias. Es personal”
Por un instante pude sentir cómo el edificio completo hacía silencio ante tamaña confesión. Pero fue sólo un instante, porque después, (¡horror!), llegaron las risitas a mis espaldas. Creerás que exagero, ¡pero no! Todo el mundo se reía. Cualquiera que trabaje en una oficina puede entenderme.
Para cuando me aclararon que Mariano estaba en Córdoba por una auditoría, a más de 500 kilómetros de la Capital, yo ya estaba coloradísima. Y así como mi entrada a esa oficina estuvo acompañada de miradas de deseo y envidia, mi salida sólo produjo lástima. Bueno, burlas y lástima, que en una oficina como la mía son casi imposibles de separar. Tardé un minuto en llegar a mi escritorio, que quedaba a más de 20 pisos de distancia de mi humillación. Pero para cuando lo hice ya todos sabían. Y no, no es mi “persecuta”. Sabían de verdad. ¿Por qué otra cosa me iba a preguntar mi jefe si todavía estaba viviendo con Guille? ¡Un horror! Hasta pensé en cambiar de trabajo y todo.
Respecto a la ex de Guille, ¡no vas a creer lo que me contó!... Pero esto ya se hizo muy largo, y tengo que desfrizar la cena.
¡Besos!

Sistemáticamente desesperada

jueves, 10 de septiembre de 2015

Los cien más buscados



 

 

Los cien más buscados






Querida Repara corazones:

Hoy fue un día intensamente extraño. La verdad es que fui a trabajar con el corazón en la boca. Estaba excitadísima con la sola idea de encontrarme con MP en los pasillos. Me sentía viva como no lo había estado en mucho tiempo. Incluso un desubicado de mi oficina me preguntó “si me había venido” porque estaba muy colorada. ¿Por qué todos los hombres le achacan siempre todo a “eso”? (by the way: sí, me había venido)
Como sea, me la pasé suspirando cada vez que alguien abría una puerta, y bajé a almorzar a la cafetería como si formara parte de la lista de “Los cien más buscados” y tuviera a todo el FBI empeñado en atraparme.
Bueno, pues para mi descontento lo único que saqué de tantas emociones fue una horrible indigestión.
La verdad es que a MP no lo vi en todo el día. Y si bien una espera que después de una salida el chico en cuestión no llame al día siguiente, e incluso que lo hiciera sonaría demasiado desesperado, (¡líbreme Dios de salir con alguien semejante!), que alguien que ves todos los días y a cada hora de tu jornada laboral de repente desaparezca, sólo puede significar que lisa y llanamente te está evitando.
Para las seis de la tarde ya me sentía vieja, gorda, desagradable y tonta. Puede ser  porque estaba en “esos días”, pero más me parece que fue la ausencia sin aviso de Mariano. Yo no sé si todas hacen eso, pero durante todo el resto del día me la pasé recriminándome. Quizás lo que yo creía una charla fluida e interesante él lo había percibido como un cacareo insufrible de mi parte. O puede que simplemente al tenerme más cerca haya visto mis piernas celulíticas o la nariz larga. Quizás exageré un poco con lo corto de la falda, o el maquillaje fue demasiado. O simplemente puede haber sido por el beso. ¡Estoy totalmente fuera de práctica!... Y más pensaba en la culpa de mis fallos, más me era fácil encontrar al culpable de todos ellos: ¡Guille! Porque por su culpa me había vuelto así. Su eterno silencio me convertía en parlanchina, su tacañería hacía mella en mi belleza, y lo peor, su apuro a la hora del sexo me había vuelto, incluso a mí, una “eyaculadora precoz”. Sí, porque tanta es su prisa que si no me ocupo yo misma de mis orgasmos, tengo que decirles “adiós para siempre”.
¡Qué mal! Ahora que ya hace dos horas que estoy en casa no puedo evitar la furia que siento hacia él. Claro que Guille piensa que estoy enojada porque “me vino”, pero yo

Perdón que interrumpí así, en medio de una frase, pero me acaba de llegar un mensaje de lo más raro. Un mensaje en el telefonito. Dice que es la ex de Guille, (¿será la linda o la fea?), y que está muy urgida por hablar conmigo. Quiere encontrarse conmigo en un barcito cercano al trabajo, y me rogó que no le diga nada a Guille. La verdad no sé si ir. ¿Qué tengo que hacer con una ex de Guille, excepto devolvérselo con un moño? Para colmo cuando le dije que no sabía su nombre ni podía reconocerla, me contestó que no me preocupara. Que ella tenía clarísimo quién era yo, porque había hecho una pequeña investigación en el face. ¿No suena re loco?
¿Qué hago? ¿Voy a la cita? ¿O le cuento todo a Guille? Y cuando digo “todo” es “TODO”.
Ahora que MP se esfumó, ¿no tendría que tratar de recomponer la situación con mi novio? Aunque hacerlo… ¿no suena a fracaso?
¿Qué me recomiendas?



Sistemáticamente desesperada




lunes, 7 de septiembre de 2015

¿Para cuándo los confites?



 

¿Para cuándo los confites?


Querida Repara Corazones
Hoy fui al spa. ¡Me quería morir! Primero nos dieron un cuarto privado para desvestirnos. Guille estaba particularmente mimoso, tirando a pesado. Pero yo, al ver las batas sospechosamente húmedas y con un olor extraño en el gris de la tela blanca, sentí una baja repentina de la libido.
Y no es que sea la mar de limpia…Pero todo tiene un límite.
Me puse el traje de baño en tiempo record y dejé la bata a un costado. Pronto estábamos en una piscina a 50 grados centígrados. ¡Me sentía como una gallina a punto de ser desplumada! Tampoco Guille debía estar bien, porque abandonó todo romanticismo para empezar a sudar en un rincón, justo donde el moho acumulado por la desidia se hacía más evidente. Y más calor hacía, más pensaba yo en la frescura de un trago junto a Mariano en el bar de moda.
Después, cuando ya no quedaba poro de mi piel sin hervirse, alguien decidió perdonarnos la vida. Una señorita demasiado estresada para la calma y la quietud que allí se vendía, nos condujo a una sala de espera. Ahí Guille, demostrando que eso del “timing” no es lo suyo, comenzó a decirme lo mucho que se había sentido feliz esos días. Al parecer la culpa estaba logrando milagros en nuestra relación. ¿No es loco eso?
Nos hicieron recostar en unas camillas demasiado estrechas y bamboleantes. En seguida, y mecidos por la música funcional, (y la precariedad de las camillas), empezaron los masajes. Yo me sentía como en la vida: a punto de estrellarme contra el suelo. Y más pensaba en el matrimonio, más tensa me ponía. La masajista no paraba de retarme. La de Guille, en cambio, parecía extrañamente callada. ¿Lo estaría disfrutando el muy cerdo?
Y entonces alguien acercó una especie de caldero. Al principio pensé que servirían un guiso, algo bastante inapropiado para lo “zen” del lugar. Y no fue hasta que empezaron a poner unas piedras negras y calientes a lo largo de mi espalda, que realmente me relajé. Y así, sin que me diera vergüenza a pesar de tener a Guille en la camilla de al lado, empecé a pensar en mi querido Macho Posmo y la salida del día siguiente.
¡Sí! Sé que dije que por ningún motivo del mundo iba a salir con él. Que yo no era ninguna maldita traicionera como para una relación doble. Pero después lo pensé mejor, y me dije que ir a tomar una copa after office no era algo así como ser infiel, (¿estoy tan equivocada?). Después de todo la gente sale con compañeros todo el tiempo. Y ahí, con ese calor profundo relajando mi espalda, y un sopor dulce alivianando mi consciencia, me quedé dormida.
Para cuando me despertaron Guille ya estaba vestido y con cara de pocos amigos. ¡Y ahí sí que no entendí nada!
¿Qué está pasando con este chico?
Creí que todo lo del spa no era más que una excusa para pedirme matrimonio. Estuve casi una semana temblando, mirando una y otra vez la maldita tarjeta de invitación, y ahora… ¿Puede ser que el tonto de mi novio se haya tomado tanto trabajo por nada? ¡Qué razón tenías al dudar de “los confites” en tu respuesta anterior!
Ahora estoy un poco ofendida.
¡Muy ofendida!
Esto de alguna forma lo cambia todo. Así que mañana, si Mariano quiere ir un poco más lejos…
¿Qué hago mañana si MP quiere algo más?
¿Le cuento la verdad?
¿Pruebo sin culpa, total el compromiso con Guille no es tan… tan definitivo?
¿Tú qué harías si fueras yo? Y fíjate lo que te estoy preguntando: no lo que es políticamente correcto, sino lo que harías de verdad. Porque en teoría todas somos buenas, pero cuando ese chico especial nos sonríe…
Espero tu respuesta con impaciencia

Sistemáticamente desesperada

martes, 1 de septiembre de 2015

De mala en peor




De mala en peor


Querida Repara Corazones
En respuesta a tu pregunta: ¡No! Macho Posmo ignora por completo la existencia de Guille. Y sé que, como dices, lo más honesto sería pausar a mi novio (al verdadero), pero de verdad no puedo. Y es que esto va de mala en peor.
Ayer Guille me dejó una tarjeta en la cama, con la invitación a un spa. Al principio me puse feliz, porque si algo necesito en este momento es relajarme un poco. Pero al echarle un segundo vistazo a la tarjeta me di cuenta de 2 cosas: 1) Que el spa era para parejas (¡horror!); 2) Que el lugar distaba mucho de esos sitios lujosos en hoteles de 5 estrellas. Era más bien algo de barrio, baratito. Y es que Guille es muy cuidadoso con el dinero.
Y al reflexionar en eso me puse a temblar. Porque si Guille, para decirlo sin eufemismos, es tacaño, entonces, ¿por qué derrochar su dinero si no es mi cumple ni un aniversario?
Y ahí lo supe: iba a pedirme matrimonio. ¡Qué horror! Y justo cuando Mariano empezaba a hablar del fin de semana. Porque si hubiera podido salir aunque fuera una vez con Macho Posmo, quizás tendría tiempo suficiente como para desilusionarme de él. ¿Es mucho pedir una salida inocente antes de decidir encerrarse por el resto de la vida?
La tarjeta es para el jueves, (seguro que el spa es más barato los días de semana), y Mariano habló de conocer un nuevo bar el viernes, “after office”
¿Qué hago? ¿No te parecería muy brutal "pausar" a Guille justo en este momento?

Sistemáticamente desesperada