Un Macho Posmo PREHISTÓRICO
Querida Repara Corazones
Me moría por contarte lo de la ex de Guille para saber tu opinión,
así que ni bien llegó el delivery corrí para escribirte. Sí, ya sé que te dije
que iba desfreezar la cena. ¡Y lo hice! Pero estoy tan distraída, que en vez de
dos minutos en el microondas lo dejé veinte, y ahora tengo pescado pegado por
todo el aparato. ¡Tendrías que haber sentido las explosiones! Y yo, tan
distraída, que ni así me di cuenta del desastre.
Bueno, te cuento. Después que la novia de mi ex me habló por
primera vez, intenté rastrearla. Y, créeme, soy muy buena rastreando gente.
Pero de ella, ¡nada! Ni fotos, ni videos… Ni siquiera comentarios. ¿No es raro
que nadie la etiquetara? Porque, seamos sinceros, basta que uno salga horrible
en una foto para que algún “amigo” se crea en la necesidad de anunciarle al
mundo tu nombre. Pero de ella, ¡nada! Eso me produjo MUCHA desconfianza. Así
que cuando esta mañana volvió a comunicarse, en seguida rastreé la llamada. Y
sí, sé cómo hacerlo. Pero el teléfono resultó ser justo de donde ella decía:
una pequeña cabina pública no muy lejos de mi casa. Entonces me relajé. O
quizás lo hice por el tono tan desesperado de su voz, que me hizo intuir que
estaba ante una compañera de desgracias.
¡No sabes! Su historia es increíblemente parecida a la mía. Ella,
como yo, también vivió un montón de tiempo con Guille. Y, como yo, pensaba que
era tan buena persona, tan maravilloso como novio, que ya resultaba demasiado
serio y aburrido, (un pesado, bah). También ella creía ser demasiado joven para
tanto compromiso. (Y sí, ya sé lo que me vas a decir: que ella para aquel
entonces tenía sólo 23 años, mientras que yo… Bueno, mejor no me deprimo. Pero
diga lo que diga mi documento de identidad, todavía me siento de 23)
Cuestión que a la pobre muchacha se le cruzó alguien. Un tipo
perfecto, divertido, lindo y con dinero. Digamos que una especie de Macho Posmo
como el mío, pero de cuando todavía no existía esa especie de hombre. Algo así
como un Macho Posmo Prehistórico (un MPP).
¿Quién puede criticar por eso a la pobre muchacha?
¿Quién puede criticarme a mí por el “piquito” que le di a Mariano?
La relación paralela fue haciéndose cada vez más seria, pero como
me ocurre a mí, tampoco para ella resultaba fácil “deletear” a Guille. La
verdad es que mi novio se hace querer, y a nadie le gusta lastimar a alguien
tan bueno. Pero al final se animó. “¡Bien por ella!”, pensé yo al escucharla.
¡Qué ilusa!
Bueno, pero voy por orden.
Guille se lo tomó a mal cuando ella lo dejó. Muy mal. Creía que
era una perra interesada, que sólo lo hacía por el dinero y el poder del otro.
¡Pero no! ¡Nada que ver!... Yo soy muy buena juzgando a la gente, y se nota que
la muchacha es sincera.
Y fue todo mudarse a la mansión de MPP para que la vida resultara
fabulosa… Dos años.
Claro que MPP, a diferencia de Guille, la hacía reír todo el
tiempo. Pero al final parece que ella se aburrió de reírse tanto. O quizás fue
que entre carcajada y carcajada, la pobrecita se dio cuenta que otra vez estaba
encerrada en una relación seria que gritaba “compromiso”. Pero esta vez no
esperó a que apareciera otro para hablar con el señor MPP. Por el contrario, se
lo dijo “de una” y sin anestesia. Él, para su sorpresa, pareció tomárselo muy
bien. Como tenía tanto dinero, le ofreció un piso para que viviera sin pagar
renta, con la única condición de que siguieran siendo amigos. A ella le pareció
un detalle encantador, y todavía no acababa de mudarse, cuando se le cruzó
HDSV, (el hombre de su vida, ¡bah!). Un tipo increíble que no sólo la hacía
reír, sino que además la completaba en la cama. (No estoy segura qué significa
eso, pero me parece que Guille no lo hace).
Bueno, todo maravilloso… Hasta que a HDSV comenzaron a ocurrirle
todo tipo de desgracias: le robaron la 4x4, lo despidieron del trabajo… ¡Claro
que la relación se vio afectada! El tipo estaba de un humor pésimo, y el macho
posmo prehistórico no hacía más que llenarle la cabeza a Vanina, (la ex). Pero
como ella es cero calculadora o interesada, el romance revivió. Y ya pensaba
mudarse con su chico ideal, cuando al pobrecito lo asaltaron con tanta
violencia, que terminó internado y muy grave. Fue él, que para entonces ya
estaba totalmente destruido en su interior, el que rompió la relación. Por
supuesto Vanina lloró y lloró, ¿y quién estaba ahí para consolarla? ¡MPP!
Y entonces a la pobre chica se le cruza otro HDSV, (me gustaría
saber por dónde anda esta chica, y darme yo también una vuelta por ahí, porque
a mí el único que se me cruza es el gato de la vecina). Y todo iba maravilloso
otra vez, hasta que de nuevo le robaron el auto al candidato de turno.
¡Demasiada coincidencia! Todo resultaba bastante sospechoso, pero cuando al
pobre tipo lo golpearon sin piedad, Vanina supo que había llegado la hora de
romper todo trato con su Macho Posmo Prehistórico. ¿Quién otro podía ser tan
poderoso como para hacer tanto mal?
Descorazonada, Vanina se alejó de todo y de todos. Y entonces
comenzaron las llamadas: jadeos, insultos con una voz distorsionada, etc,
etc.etc… Y también sus comunicaciones fueron jaqueadas: twitter, Facebook,
Instagram. ¡Hasta Gmail! ¡¿Cómo se vive sin internet?! La pobre Vanina,
convencida de que su acosador era el Macho Posmo Prehistórico, cerró todo, y
sin decir ni una palabra se mudó a casa de la mamá. Pero de inmediato los
mensajes arreciaron. Y como ya no tenía mail propio, empezaron a aparecer en la
cuenta del trabajo, o en el Facebook de sus compañeros. ¡Estaba desesperada!
MPP no entendía el motivo de su alejamiento. Pero un día que él le fue a
reclamar, Vanina recibió una de esas malditas llamadas al móvil de su trabajo.
Al ver su cara MPP supo de inmediato que algo malo le estaba pasando. Ella le
confesó todo, incluso que lo había creído el responsable. Él la contuvo como
todo un caballero, y le ofreció su casa como refugio. (La mansión, ¡bah!) La
pobre chica estaba tan desesperada, que aceptó a condición de que, a
pesar de la convivencia forzada, él entendiera que sólo podían ser amigos.
Ay… Voy a tener que dejarte. Parece que Guille tiene indigestión,
y ahora me echa la culpa a mí. Dice que está harto de tanta comida chatarra, y
que si es él quien lava los platos, lo menos que espera de mi parte es una
ensaladita en la mesa.
Bueno, te decía
¡Otra vez! ¡Qué pesado!... Si el antiácido fuera un perrito ya lo
hubiera mordido. ¿Por qué los hombres nunca encuentran nada?... Bueno, lo mimo
un poco y ya vuelvo.
¡Espérame!
Sistemáticamente
desesperada.
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