Una mina bien turrita
Querida RC:
Voy a ser breve,
porque tengo la sensación de que Vanina me está espiando. El otro día la vi con
mi laptop. Claro que se excusó diciendo que era el único ordenador de la casa.
Pero ayer tenía mi móvil en la mano. Según ella sólo lo había levantado para
limpiar la mesa, pero yo no le creo nada.
Y esa es otra…
¿Por qué tiene que estar limpiando todo el tiempo? ¿Por qué tiene que jugar al
ama de casa ideal, si cuando vivía junto a Guille era tan sucia como yo?
Aquí en mi patria
decimos que cuando una mujer es así, es “una mina bien turrita” Porque “turrita
es… esa que te hace quedar mal por puro gusto. O la que te saca el novio con la
excusa de que él no era feliz, pobrecito. O la que se acuesta con el chico que
le gusta a la mejor amiga. O la que cuando tú le dices que en tu casa una de
las dos sobra, te contesta como hizo Vanina: “Te entiendo completamente. Y por
supuesto la que sobro soy yo. No fue mi intención molestarte. Y de no haber
estado mi vida en peligro, jamás me hubiera atrevido a invadir tu intimidad.
Pero no te preocupes. Ya mismo me contacto con mi madre para ir a su casa.
Después de todo ya pasaron cuatro días, y quizás ahora no sea tan peligroso”
A ver, querida
Repara, no hace falta leer entre líneas para entender el subtexto. ¡Y todavía
peor fue la forma en que lo dijo! Yo le había gritado como una loca, y ella, de
puro turrita, me respondió como un “bambi” frente a los fusiles de los
cazadores.
“Quizás ahora no
sea taaan peligroso”, sonaba a: “Estoy dispuesta a inmolarme en aras de tu
felicidad egoísta”
Y entonces, al
escucharla, de repente me di cuenta cómo habían funcionado las cosas entre Guille
y ella durante la convivencia. Presencié la forma descarada en que Vanina podía
manipularlo. Porque Guille es así. Un dulce que no soporta la debilidad de una
mujer. Con la madre es igualito. Ella llora un poco y…
¿Te das cuenta
por qué soy la mujer perfecta para mi novio? Yo no histeriqueo. Voy de frente.
Nada de llantos estúpidos ni palabras a medias.
Y por eso cuando
la muy perra me dio la razón, esperando conmoverme y lograr un indulto de
última hora, yo, por el contrario, me limité a escucharla como quien oye llover.
¡Turradas a mí!
¡Vamos!
Por supuesto
Guille se súper enojó conmigo. Y ahí casi se me escapa de nuevo el “ella o yo”,
pero pude frenarme a tiempo. ¡Ni muerta le daba la chance de elegir!
Por el contrario,
con la mayor calma que pude le expliqué que yo estaba en una situación muy
incómoda. Que él hubiera reaccionado igual o peor de tratarse de un novio mío.
Y entonces sí que le cerré la boca, porque Guille cuando quiere es muy celoso.
A diferencia de
lo que ocurre con un GPS cuando más lo necesitas, la muy cerda de Vanina
recalculó en un segundo. Entonces me pidió que llamara a casa de su madre desde
mi móvil y que dijera “Elvira”, y luego cortara. Explicó que esa era la palabra
clave para que su madre supiera que necesitaba hablarle, y así la buena mujer
encontraría un sitio seguro para que pudieran comunicarse.
Te juro que me
sentí como una súper agente 99 del subdesarrollo.
Guille, en
cambio, volvió a mirarla con la misma cara de súper héroe que había servido
para sacarme de quicio en un principio.
¿Qué crees?
¿Estoy manejando bien la situación?... ¿Qué es más peligroso: dejar que la
intimidad siga creciendo entre esos dos, o quedar como la desalmada de la
historia?
¡Por favor!
¡Necesito tu
consejo con urgencia!
Yo, tu sistemática.
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