martes, 11 de agosto de 2015

¡Sí, volvimos!





¡Sí, volvimos!

 

Chicas & Chicos:

 

Ustedes se preguntarán quién es el culpable de este largo silencio. Pero  a mí no me gusta acusar a nadie, así que por ningún motivo les voy a decir que la culpa la tiene Ceci. La muy taimada decidió abandonarme para escribir su propia historia de amor, junto al hombre de su vida. Yo, por supuesto, no soy vengativa. Así que no esperen que cuente los pormenores de su casamiento, (uno de los más románticos a los que tuve el placer de asistir), 
…o por lo menos que no lo haga sin disfrazarlos un poco.
Y es que yo soy así. Mis relatos siempre se nutren en historias reales que me gusta entender, (ficcionar), hasta el último detalle.
Quizás por eso cuando me encontraba paseando por Praga tuve una repentina inspiración. Sí, porque este año abandoné el otoño argentino para correr a los brazos de la bella capital checa. ¡Y fue amor a primera vista! Allí estaba yo, abusando de mi pobre telefonito, un Samsung modelo anticuado, dispuesta a fotografiar toda la belleza de la ciudad en primavera, cuando repentinamente me sacudió la inspiración. Bueno, en realidad el que me sacudió fue un japonés con su cámara fotográfica último modelo. Y lo hizo hasta tumbarme.
Hasta allí nada nuevo. Lo habitual en cualquier punto turístico en donde hubiera algo para fotografiar. Pero hete aquí que estos japoneses, (¡porque eran muchos!), tenían cámaras, trípodes, paraguas, cajones de luces… ¡Una verdadera producción fotográfica!
Claro que me detuve para ver quién era la estrella o el modelo que ameritara tanto despliegue, pero al darme vuelta me sorprendí al descubrir que se trataba de… ¡una pareja de novios, con todo y  traje de bodas! ¡Sí!, para envidia del resto de los mortales que a la hora de pagar por sus recuerdos tiene que conformarse con las fotos del tío, porque no le alcanza ni para el fotógrafo del barrio, parece que un gran número de japoneses mudan los retratos de su evento a las cúpulas y los puentes de Praga. Y allí van, a miles de horas de vuelo de Japón, con equipos, personal, vestido soñado, y..,  ¿qué me falta?...  ¡Ah, sí!, el novio.
Y no era uno. Vi un montón. La ciudad entera parecía un gran decorado para celebrar el amor de algunos afortunados.
Y así, mirando con curiosidad a estos novios, tan chiquitos que parecían escapados de un pastel, comencé a reflexionar en esa necesidad extraña que tenemos los humanos de documentar el amor. Y entonces, enamorada como estaba de una de las ciudades más hermosas del mundo, los extrañé muchísimo.
Así que fue todo llegar acá para que, caída del Cielo, Pau solita me contactara.
Tengo que confesar que antes de darle el visto bueno para “Volver a Empezar”, me choqué con algunos “Pequeños Pecados”, y no fue hasta que Pau me obligó a ver todo “A través de mis (sus) ojos”, que por fin me decidí. La verdad es que estaba bastante enfurruñada. Sucede que en mi ausencia las novelas se fueron esparciendo por la red, con gran éxito de lectura y críticas. ¡Muy agradecida! Pero ocurre también que muchos de esos lectores tuvieron que pagar por una novela que yo, (su autora), difundía gratuitamente. Otros se encontraron con textos modificados. Y hasta hubo una persona que se dedicó a cambiar el nombre de todos los personajes principales por la palabra “Poncho”, a fin de evitar que alguien le pirateara las novelas que ella había pirateado. 


¿Y el copyright? Bien, gracias.


La pobre Pau estuvo trabajando días completos para borrar todo el material no autorizado. Y en cuanto al dinero cobrado… Me encanta saber que estoy contribuyendo al sostenimiento de las grandes corporaciones, no vaya a ser que pierdan algún millón.
Cuestión que la mejor forma que encontramos para evitar esto fue Amazon, y hasta ahora estamos felices por la repercusión. Claro que no es perfecto. A mí me gustaba que los textos fueran gratuitos ya que son sus historias las que nutren mis relatos, (bueno, y las mías también, por supuesto, que las tengo y muy interesantes).  Y cuando digo eso no les estoy “dorando la píldora”, sino que refiero la más absoluta realidad.
Porque de verdad nunca voy a olvidar a la lectora que perdió su virginidad junto con Ifi.
O a la otra lectora cubana que caminaba veinte kilómetros a pie para llegar al único ordenador disponible y así leer las historias.
O al que leía mis novelas para entender a las mujeres.
O a la que luego de leer el primer envío me dijo que ella era Renata, y me contó los dos capítulos siguientes, que  por supuesto no había leído. Y que ahora se encontraba en una encrucijada, como la mismísima  Renata en el capítulo cuatro. ¡Claro que estaba angustiada!, a la pobrecita todavía le faltaba leer el final de su propia historia.
O al otro que…
Mejor no me entusiasmo porque tengo anécdotas como para llenar un libro. Entonces, ¿cómo cobrar cuando somos co- escritoras? Pau ya les dijo una trampita para bajar gratis De Rencores y Venganzas. La idea es poner todas las novelas, (nuevas y viejas), por tiempo limitadísimo para que las puedan leer de forma gratuita.
Y así, siguiendo con las ganas de trabajar juntas para escribir y divertirnos, les propongo un juego:

¿Qué tal un nueva historia en el  blog?

 

Esta vez va a tratarse de “Repara corazones”, el consultorio sentimental de un sitio web. Martes y viernes alguien se va a comunicar con ustedes para pedir su consejo y guía. Chicas un poco despistadas y algo testarudas, pero buena gente.
Claro que al principio no espero muchas respuestas, (¡todavía  se quejan por no poder participar de Ifi porque la descubrieron tarde!). Pero no importa. Igual vamos a empezar a calentar las cosas, (¡en todos los sentidos del término!)
Espero que les guste.
¡Hasta pronto!

Clara Voghan

p.d:  acá van las fotos de mi viaje a Praga.



3 comentarios:

notengo_210 dijo...

Que decirte Clara! No te puedo explicar lo que extrañe leerte estos... (cómo 7años?) Divague por las redes y te googlee hasta el cansancios. Te fui infiel con otras lecturas. En fin. El tiempo valió la pena si volves ahora amiga... Asi te llamo. Pao

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Yo también me siento enormemente feliz de estar una vez más con todos ustedes. Mil perdones por la larga ausencia.