sábado, 24 de octubre de 2015

Un horno que cocina demasiado rápido



 


Un horno que cocina demasiado rápido




PERDÓN, PERDÓN, PERDÓN POR LA DEMORA. Pero mi vida es demasiado complicada.

¿Tengo que decirte que la carne se quemó?

“¿Quién te manda a jugar a la cocinera?”, pensarás tú. Pues te diré quién… Pero a su debido tiempo. Y es que necesito apegarme a la hora para no enredarme más de lo que ya estoy.

Bueno, nos habíamos quedado en mi oficina a las 10:45, con Mariano y los demás idiotas mirándome con la burla pintada en la cara. ¡Estúpidos! Y es que para macho posmo el mío resultó bastante cavernícola: “Supe que me estuviste buscando” me dijo de forma que todo el resto escuchara.

¿No es increíble que a las mujeres sólo nos interese lucirnos delante de los hombres, aun cuando las otras nos odien por eso, mientras que ellos sólo buscan la aprobación de sus congéneres? ¿Lo notaste? Tú que lo sabes todo, ¿tienes idea de por qué son así?

La verdad es que con tanto idiota mirándome de reojo sentí la tentación de decirle “Sí. Te busqué para pasarte el nombre de esa crema para las hemorroides que tanto necesitas”. Pero no. Como buena mujer intenté cubrir su torpeza, (¿por qué hacemos eso?) Así que puse cara de melosa, y comencé a hablar lo más bajo que pude. Y más susurraba yo, mayor era el silencio en la oficina. Sí, como por arte de magia los chats se acallaron y el teléfono dejó de sonar. Ni siquiera se escuchaba el láser de la impresora.  ¡Y después dicen que las chismosas somos nosotras!

Claro que yo, siempre sistematizando mi vida, ya había pensado una salida elegante para la entrada bochornosa que había hecho en la oficina del macho posmo.

“Nada”, le dije como se usa ahora, para así sonar yo también un poco posmo (¿por qué la gente tiene que empezar una frase anunciando que lo que va a decir carece de importancia? ¿No sería más fácil dejar que el otro se diera cuenta solito? ¿O es que excusarnos de nuestra tontería nos vuelve menos tontos?)

“Nada”, repetí por las dudas, “es que como dijimos que estaría bueno volver a vernos, y yo últimamente estoy muy ocupada…”

Y ahí, como si fuera un televisor cuando comienza la tanda publicitaria, de repente elevé drásticamente el volumen sin que nada pudiera anticiparlo.

“…no quería que te hicieras ilusiones. Por eso fui a tu oficina”, concluí casi a los gritos. Y luego, mirándolo con lástima, agregué, (en el lenguaje más posmo que se me ocurrió): “Odio dejar a la gente “pagando”.

Y entonces, como por arte de magia, todo regresó a la normalidad. Mi jefe retomó su chat y los muchachos volvieron a interesarse en el resultado del partido del domingo.

¿No es curioso? De haber sido ésta una oficina de mujeres, y yo la víctima del desplante, el silencio, lejos de disiparse, se hubiera hecho lo suficientemente intenso como para escuchar el ruido de mi corazón al hacerse añicos. Pero ellos no. Ellos se solidarizaron con el caído. Los varones siempre tienen conciencia de gremio.

La verdad es que ahora MP me miraba con “cara de perrito abandonado en video de youtube”. ¡Súper tierno, pobrecito! Y con esa trompita encantadora y una mirada lánguida me dijo que era una verdadera lástima que yo no pudiera salir, porque hacía rato que él no la pasaba tan bien con alguien. Que siempre le había parecido hermosa (¡!), pero que ahora también le fascinaban mi inteligencia y mi encanto, (como se dice en mi pueblo: ¡chupate esa mandarina!)

Y más hablaba él, más pensaba yo en Vanina. A fin de cuentas siempre supe que a pesar de no ser rubia, alta ni flaca, yo también tengo lo mío.

Cuestión que cuando iba en el metro camino a casa todavía no entendía cómo era que después de todos mis buenos propósitos, al final había quedado con Mariano en salir este viernes after office. Y más pensaba en eso, más me preguntaba por qué, si tan interesado en mí estaba, ni siquiera se había tomado la molestia de avisarme de su partida. ¿Acaso no andaba el elevador, y la escalera del edificio estaba colapsada, que le fue imposible sortear los pisos que nos separan?

“¡Qué embrollones son los hombres!”, pensaba yo.

 Hasta que llegué a casa.

¡Qué horror!

¡Me quiero morir!

¿Podrás creer que la idiota de Vanina ya está instalada en MI casa? ¡¿Y la furia de Guille dónde quedó?!

¿Ahora entiendes por qué me quejo de él? Es evidente que mi novio no tiene carácter.

Igual ella se está portando la mar de decente. Se instaló en el cuartito del fondo y sólo asomó la cabeza para ofrecerse a cocinar. Y si yo puse cara de sorpresa al escucharla, más la puso mi novio. Tal parece que Vanina no solía ser mejor cocinera que yo, pero ahora, quizás por pura necesidad, está muy cambiada. Igual, como te imaginarás, ni loca la dejaba lucirse, (¡que tampoco soy tan tonta!)

Y entonces dije que me iba a ocupar yo de la cena. ¡Tendrías que haberle visto la cara a Guille!

Lástima que ese horno calienta demasiado rápido. Porque el bife hubiera quedado muy rico.

Al final pedimos comida china. Llamó Vanina, pagó Guille, y el orgullo me lo tragué yo.

¡Qué horror! ¿Y ahora qué se supone? ¿Qué el viernes tengo que dejar solo a mi actual con su ex para poder explorar mi futuro? ¿Qué será mejor que haga? ¿Pausar lo de Mariano? ¿O salir igual, y que el destino me sorprenda?

¡Qué lío! Como ves sigo sistemáticamente desesperada.

Espero tu respuesta

Besitos

Yo

1 comentario:

Unknown dijo...

Mmmm me parece que de tantos bolonqui no estas enfocándose bien. Que es lo que más te desespera? Que este Vanina en tu casa? Y tenga algun acercamiwnto del 3 tipo con Guille? O que salgas con Mariano y el acercamiento lo tengas vos mientras no le dijiste nada a Guille que estará con Vanina que no sabe la existencia de Mariano? Tenes que ir poniéndote metas no podes encarar todo de una.
Para empezar porque esta Vanina en tu casa? Guille no te dio ninguna explicación? Muy raro eso. Tenes que hacerte valer! Pone te los pantalones ?)
Y con respecto a Mariano. Pone le los puntos no puede desaparecer de un día para el otro y después decirte todo eso (me mato es un tierno ) y como si nada.
Ese es mi consejo.
Y si los hombres son más chusmas que la vieja obsesiva del peor conventillo.
Animo! Adelante.

Pd: no te demores tanto que me quedo con la intriga